Abuso emocional: 15 señales de alarma

Los abusos físicos son fácilmente detectables, pues sus secuelas están a la vista; no es así en el caso del abuso emocional. En una relación abusiva, en ocasiones, ni agresor ni víctima son conscientes de lo que sucede.

A pesar de que sus efectos quizás pasen desapercibidos, el abuso emocional puede causar enormes daños a la confianza y autoestima de una persona. Generalmente, se asocia el abuso emocional con relaciones donde el agresor es el hombre y la mujer es la víctima; no obstante, diversos estudios han demostrado que las mujeres y los hombres pueden llegar a ser víctimas o agresores en la misma proporción.

Abuso emocional: 15 señales de alarma

Se puede definir el abuso emocional como un patrón de conducta basado en ofensas verbales, intimidación, amenazas, crítica constante, trato humillante y/o manipulación.

El objetivo del agresor es controlar a la otra persona, aprovechándose de ciertas características de la personalidad de la víctima que lo hacen más susceptible; tales como heridas de la infancia o inseguridades.

La víctima, por su parte, minimiza el trato abusivo y a menudo, no se considera maltratado; sin embargo, los efectos del abuso emocional son visibles a largo plazo, generándose en las víctimas traumas, estrés, ansiedad o depresión.

Si quieres determinar si te encuentras en una relación abusiva, aquí te mencionamos 15 señales de alarma que puedes considerar:

  1. Eres humillado constantemente en público.
  2. Tus opiniones o sugerencias nunca son tomadas en cuenta.
  3. Eres víctima de sarcasmos que ponen en evidencia tus defectos.
  4. Al mencionar tu inconformidad, eres acusado de ser “demasiado sensible”, como una manera de minimizar los comentarios.
  5. Tu pareja trata de controlarte y eres tratado como un niño.
  6. Debes pedir permiso para ir a cualquier lado o para tomar cualquier decisión; aún decisiones pequeñas sin ninguna importancia.
  7. Tus sueños, esperanzas o logros son minimizados o menospreciados.
  8. Tu pareja te hace sentir como si nunca tuvieras la razón.
  9. Eres culpado por todo lo que sale mal.
  10. Tu pareja nunca se disculpa por sus errores.
  11. Te colocan etiquetas, sobrenombres o hacen comentarios hirientes sobre ti o tu aspecto.
  12. Tu pareja nunca te muestra consideración, empatía o compasión. Es incapaz de colocarse en tu lugar.
  13. Tu pareja se victimiza en lugar de asumir su responsabilidad o parte de culpa.
  14. Te castigan dejándote o negándote el sexo cuando él o ella no está conforme con algún comportamiento.
  15. Consideran cualquier cosa, una terrible falta de respeto hacia ellos.

Si reconoces cualquiera de estas señales, es necesario que tomes medidas y seas honesto contigo mismo.

Con ayuda de personal calificado, el abusador puede cambiar y la víctima puede sanar. Sólo hay que dar los pasos necesarios.

Aún tomando las medidas, el abusador no podrá cambiar de la noche a la mañana y quizás decidas permanecer con él o ella. Mientras mejora la situación, toma en cuenta lo siguiente:

Tus necesidades son importantes. Cuida de ti mismo y deja de preocuparte tanto por el abusador.

Coloca límites. Dile al agresor que ya no te puede gritar, llamarte por sobrenombres o ser grosero contigo. Hazle saber que no tolerarás más la situación dejando la habitación o yéndote a casa de un amigo ante los insultos.

Si el abusador trata de discutir y ves que no quiere ceder, mejor aléjate hasta que se le pase la ira.

Entiende que el cambio en el abusador no depende de ti, el agresor debe querer cambiar.

Recuerda que tú no tienes la culpa de la situación.

Busca ayuda. Habla con tus amigos, familiares o un consejero. Personas que sepan escucharte y comprender la situación.

Elabora un plan. No se puede permanecer para siempre en una relación abusiva. Organízate y toma medidas para cambiar tu vida en caso de que el abusador sencillamente se niegue a cambiar.

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